Ciencia forense

​En el contexto contemporáneo del sistema penal acusatorio mexicano, las investigaciones criminales no pueden depender exclusivamente de las versiones oficiales vertidas por las fiscalías.

16 ABR 2025 · Lectura: min.
Ciencia forense

La supremacía del principio de contradicción, el control difuso de convencionalidad y el derecho a una defensa técnica y material hacen imperativo el desarrollo de investigaciones forenses particulares que actúen como contrapeso epistémico a las versiones institucionales. En este marco, el meta-peritaje se erige como herramienta crítica, científica y garantista para evaluar la validez, fiabilidad y legalidad de las actuaciones técnicas impulsadas por los órganos persecutores.

Ciencia forense: más allá de la técnica, una práctica epistémica

La ciencia forense, entendida como el puente metodológico entre los hechos fácticos y su interpretación jurídica, debe sustentarse en parámetros de verificabilidad empírica, reproducibilidad técnica y neutralidad axiológica (Thornton, 1997; Saks & Koehler, 2005). El perito particular no debe limitarse a replicar pruebas o reexaminar indicios: su función epistémica exige auditar el método, cuestionar los supuestos y evaluar el marco inferencial de las conclusiones periciales oficiales.

Autores como Edmond et al. (2014) y Robertson & Vignaux (1995) insisten en que el juicio forense no puede depender de opiniones expertas no falsables, sino que debe articularse sobre una lógica probabilística y estructurada. En este sentido, el meta-peritaje se posiciona como una forma avanzada de control técnico-científico en los procesos penales.

Contenido del artículo

El meta-peritaje: técnica, metodología y función jurídica

El meta-peritaje puede definirse como la evaluación crítica, desde una perspectiva forense especializada, de un dictamen técnico previamente emitido. Su propósito no es meramente contradecir, sino verificar el rigor metodológico, la consistencia interna, la adherencia a protocolos internacionales (como ISO/IEC 17025, 17020) y la congruencia con el corpus teórico de la disciplina correspondiente (Crispino et al., 2011).

Desde esta perspectiva, el perito particular actúa no solo como experto técnico, sino como agente epistémico de la defensa: alguien que revisa el proceso desde su génesis, detecta sesgos cognitivos, vicios de procedimiento o inferencias carentes de validación empírica (Garrett & Neufeld, 2009).

Casuística mexicana: falencias estructurales en la investigación estatal

En México, múltiples investigaciones académicas y forenses han documentado las fallas estructurales que atraviesan los laboratorios de las fiscalías estatales: equipamiento deficiente, contaminación cruzada de indicios, ausencia de trazabilidad documental, uso obsoleto de técnicas de análisis y parcialidad institucional (Zepeda Lecuona, 2019; Hernández Bringas, 2020).

En este ecosistema, el perito particular asume una labor crítica: reconstituir las líneas de investigación ignoradas, interrogar la cadena de custodia, y auditar científicamente cada inferencia técnica. Su dictamen debe integrar principios de confirmación empírica, análisis lógico y revisión sistemática de los protocolos aplicados (Houck, 2015).

Fundamento normativo y legitimidad del perito de parte

La figura del perito particular está reconocida en el artículo 20 constitucional, apartado B, fracción II, y reglamentada por el Código Nacional de Procedimientos Penales. Su actuación debe observar estándares internacionales de imparcialidad, metodologías validadas y acceso técnico a los elementos de prueba (UNODC, 2016).

El dictamen meta-pericial tiene un valor estratégico para la defensa: permite evidenciar inconsistencias, generar duda razonable y fortalecer una narrativa alternativa basada en ciencia, no en conjeturas. La defensa científica no es una opción: es una garantía procesal (Innocence Project, 2018).

Modelos de análisis aplicables en el meta-peritaje

Los marcos metodológicos aplicables a un meta-peritaje deben responder a la disciplina en cuestión, pero pueden generalizarse ciertos enfoques:

  • Análisis de consistencia interna y congruencia narrativa
  • Verificación del cumplimiento del método científico (ACE-V, GYRO, etc.)
  • Evaluación de sesgos cognitivos (anclaje, confirmación, efecto halo)
  • Contraste con literatura especializada y estándares ISO
  • Revisión de los elementos de validez externa e interna del dictamen original

Autores como Dror (2020) han advertido sobre el impacto negativo de la presión institucional y la carga cognitiva en las decisiones periciales. El meta-peritaje, entonces, también implica un examen ético de la actuación forense institucional.

Impacto en juicio oral: litigación científica y confrontación probatoria

En la etapa de juicio oral, el dictamen meta-pericial se convierte en herramienta estratégica para la litigación científica. No basta con exhibir el dictamen: es necesario que el perito particular defienda su análisis en audiencias, domine el lenguaje técnico-jurídico y sepa traducir hallazgos científicos a categorías normativas comprensibles para jueces y fiscales (Findley & Scott, 2006).

Esta capacidad no es común. Requiere formación transversal en ciencias forenses, argumentación jurídica, epistemología y comunicación probatoria. En este escenario, el perito de defensa se convierte en actor clave para equilibrar el poder procesal y restaurar la equidad epistémica del proceso.

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Conclusión

La práctica del meta-peritaje forense particular, desde la defensa, no representa una confrontación sin fundamento con la institucionalidad, sino una reivindicación del paradigma científico dentro del proceso penal. En un sistema donde la verdad jurídica debe construirse a partir de pruebas válidas y no de hegemonías discursivas, el perito particular representa el contrapeso técnico necesario para que la justicia sea realmente adversarial, técnica y equitativa.

Escrito por

GESTIONES⚖️LEGALES

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